There is no dawn without sun 🌞 nor a good day without coffee ☕️...

In Cuba, coffee is much more than a drink: it is a living tradition.

It is the first welcoming gesture in a home, it is the perfect excuse to sit down and talk, it is the ideal closing for a meal or the opening ritual for any important event.

In the mornings, there is nothing that cheers you up more than the scent of brewed coffee that escapes from the kitchen and filters into the room. Cuban coffee, thick and strong, is a declaration of identity and affection.

And beyond its flavor, coffee offers multiple benefits. It stimulates concentration, improves mood, boosts creativity and silently accompanies the long days of those who daydream.

Music and coffee have a secret bond. Both require time, care, passion. A troubadour tunes his guitar while the coffee warms his voice; a writer finds the exact verse while refilling the cup. A doctor drinks the nights on duty, one by one, like his faithful elixir.

In that everyday complicity, something magical emerges: a melody, a lyric, an idea that changes the day, or even life.

Because of that passion for coffee and bohemian life, for trova and literature, I discovered the SongoroCosongo Literary Cafe, located on the upper floors of the Ateneo Viet Nam Bookstore, on República Street in Camagüey/Cuba.

As musicians, we had a space that we called "Without References" and that took place every Friday, like a similar exchange between bards and minstrels.

Cozy, air-conditioned place, with varied offers that left an inevitable taste of wanting to return.
Sadly, one day that place closed its doors to the public. 🥺😢 And we know that there are more, many more beautiful places in the city. But none will be like this again for us, because by closing their doors, they not only closed an establishment: they closed a cycle, one more page of the book of life.

So the next time you hold a cup in your hands, take that moment as if it were your last. Listen to your favorite song, look around you with gratitude, and think about how many simple things—like a sip of coffee—save us every day from the absurd and become an experience in our senses: WITHOUT REFERENCES!

***** 🥰🙏Thank you for accompanying me here!💫

For not clipping my wings and sustaining my flight, until the last moment.🤲🤲🫶

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No hay amanecer sin sol 🌞 ni buen día sin café ☕️...

En Cuba, el café es mucho más que una bebida: es tradición viva.

Es el primer gesto de bienvenida en un hogar, es la excusa perfecta para sentarse a conversar, es el cierre ideal para una comida o el ritual de apertura para cualquier evento de importancia.

En las mañanas, no existe nada que anime más que el perfume del café colado que se escapa de la cocina y se cuela hasta el cuarto. El café cubano, espeso y fuerte, es una declaración de identidad y afecto.

Y más allá de su sabor, el café ofrece múltiples beneficios. Estimula la concentración, mejora el estado de ánimo, impulsa la creatividad y acompaña silenciosamente las largas jornadas de los que sueñan despiertos.

La música y el café tienen un lazo secreto. Ambos requieren tiempo, cuidado, pasión. Un trovador afina su guitarra mientras el café va calentando la voz; un escritor encuentra el verso exacto mientras rellena la taza nuevamente. Un médico se bebe las noches de guardia, una a una como a su fiel elíxir.

En esa complicidad cotidiana, surge algo mágico: una melodía, una letra, una idea que cambia el día, o incluso la vida.

Por esa pasión al café y a la vida bohemia, a la trova y a la literatura, conocí el Cafe Literario SongoroCosongo, situado en los altos de la Librería Ateneo Viet Nam, en la calle República de Camagüey/ Cuba.
Como músicos, teníamos un espacio al que llamábamos "Sin referentes" y que transcurría cada viernes, como un intercambio afín entre bardos y juglares.

Lugar acogedor, climatizado, con ofertas variadas que dejaban un sabor inevitable a ganas de volver.

Tristemente, un buen dia ese lugar cerró sus puertas al público. 🥺😢 Y sabemos que hay más, muchos más lugares hermosos en la ciudad. Pero ninguno volverá a ser como este para nosotros, pues al cerrar sus puertas, no solo cerraron un establecimiento: cerraron un ciclo, una página más del libro de la vida.

Así que la próxima vez que tengas una taza entre las manos, tómate ese instante como si fuera el último. Escucha tu canción favorita, mira a tu alrededor con gratitud, y piensa en cuántas cosas simples —como un sorbo de café— nos salvan todos los días del absurdo y se torna en nuestros sentidos una experiencia:¡ SIN REFERENTES!

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🥰🙏¡Gracias por acompañarme hasta aquí!💫

Por no recortar mis alas y sostener mi vuelo, hasta el último momento.🤲🤲🫶

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