Como una caricia la mañana, fresca, siempre me recuerda que estoy aquí para sentir.

Sal de la cama, estás despierta, ve y prepara tu café.

Y eso hago.

Repaso los lugares donde coloco mis jarras. Todas están en un sitio diferente… no sé por qué, simplemente me gusta así.

Escojo una.

Es curioso, tiene una diminuta araña en su interior, más pequeña que una hormiga, fíjate. Por cierto, hay hormigas acarreando pedacitos de “algo” sobre los azulejos de la meseta. Son tan laboriosas, les hablo y les pido, por favor, que apuren el paso porque necesito usar ese espacio. Y allá van todas como locas a refugiarse en sus galerías escondidas entre juntas y cemento rugoso, petrificado.

Entonces miro la jarra y alguien se esfuerza por salir. No puedo simplemente enjuagar la jarra con ella adentro… pongo mi dedo para que el diminuto ser escale y puedo sentir (sí, creo que lo siento) su imperceptible cosquilleo mientras sube hasta donde se abultan mis venas.

Tiene que seguir su vida, su camino. Y pongo mi piel junto al paño de cocina que cuelga cerca de la ventana.

Ella comprende y se va.

Ese pequeño adiós, esa imperceptible caricia me elevan.

Últimamente estoy percibiendo el mundo de una manera muy diferente, siento alegría y emociones descontroladas… río mucho, lloro por cosas aparentemente tontas, me siento a veces invisible y no me importa, he dejado muchas cosas atrás, cosas que eran cargas y situaciones abusivas… trato de estar más centrada en mí, en este momento en el que siento el calorcito de mi aliento sobre mi mano y miro una pantalla negra con letras blancas y mensajes, muchos mensajes como perfectas telas de araña. Pienso y no pienso en nada a la vez.

Hay personas invisibles como yo que están muy metidas dentro de mí… agradezco por todo lo que me han hecho crecer. Son espejos. Veo también lo falso, observo a los que se postergan a sí mismos, atontados, muchas veces, por mecanismos de poder, y así van por la vida ciegos, siguiendo el tintineo de las monedas que deja caer alguien más. No los juzgo… aprenderán en su momento que todo es cuestión de energía. Todos, sin excepción, la perciben.

Estuve allí (cuestiones familiares y una persona con quien estaba compartiendo mi vida en aquellos días) y aunque intenté a toda costa proteger mi dignidad, no lo conseguí del todo. Aprendí que quien está todo el tiempo en necesidad de mostrar su poder es precisamente el que te pisa, y te menosprecia…

Este mundo es extraño, sí. Y creo que se trata de estar despiertos y encontrar guía en aquello que nos eleva, algo que llevo aquí muy en el centro de mi corazón.

Like a caress the morning, fresh, always reminds me that I'm here to feel.

Get out of bed, you're awake, go and make your coffee.

And so I do.

I look over the spots where I place my mugs. They're all in a different places... I don't know why, I just like it that way.

I pick one.

It's funny, it has a tiny spider inside, smaller than an ant, mind you. By the way, there are ants carrying bits of ‘something’ on the tiles of the tiled surface of the countertop. They are so industrious, I talk to them and ask them, please, to hurry up because I need to use that space. And there they all go like crazy to take refuge in their hidden galleries between joints and rough, petrified cement.

Then I look at the mug and someone is struggling to get out. I can't just rinse the mug with her inside... I put my finger in to allow the tiny being to climb up and I can feel (yes, I think I can feel) its imperceptible tingle as it makes its way up to where my veins bulge.

It has to go on with its life, its way. And I lay my skin next to the kitchen towel hanging near the window.

She understands and leaves.

That small goodbye, that imperceptible caress lifts me.

Lately, I have been perceiving the world in a very different way, I feel joy and uncontrolled emotions... I laugh a lot, I cry for seemingly silly things, I feel invisible sometimes and I don't care, I have left many things behind, things that were burdens and abusive situations... I try to be more focused on myself, in this moment when I feel the warmth of my breath on my hand, and I look at a black screen with white letters and messages, many messages like perfect spider webs. I think and think of nothing at the same time.

There are invisible people like me who are deep inside me... I am grateful for all that they have made me grow. They are mirrors. I also see the false, I observe those who put themselves off, often dumbed down by mechanisms of power, and so go through life blindly, following the tinkling of coins dropped by someone else. I don't judge them... they will learn in time that it's all about energy. Everyone, without exception, perceives it.

I was there (family issues and a person with whom I was sharing my life at the time) and although I tried at all costs to protect my dignity, I didn't quite succeed. I learned that the one who is always in need of showing his power is precisely the one who steps on you, and belittles you.

This is a strange world, yes, and I think it's about being awake and finding guidance in that which lifts us, something I carry here deep in my heart.