Más que un Show callejero

En las grandes ciudades el ruido está por todas partes, pero también la música. Y más en una ciudad como Santiago de Cuba declara ciudad musical. Entre sus muchas sonoridades hay algo que destaca: una percusión inquieta que hace sonar las calles más concurridas. Los artistas callejeros se puede decir que están desperdigados por todas partes del centro de la ciudad, pero entre ellos destaca Tuto.

Únicamente armado con una batería improvisada hecha de materiales reciclados, le pone nueva música a la ciudad más musical de Cuba. A ciencia cierta, nadie sabe cuándo empezó, pero ya todos podrían reconocer sus toques sobre los cuales lanza melodías improvisadas mientras a su alrededor baila una señora de ya más de cuatro décadas (según dicen su madre). Así, de forma totalmente empírica, con lo mínimo, casi nada logra sobrevivir de su arte.

Los transeúntes se detienen al pasar, a escuchar, a reír o simplemente a ver el espectáculo del cual Tuto es el protagonista. Los más entonces dejan algún billete en la bolsa que deja en el piso, mientras que efusivo por horas hace sonar su percusión en las calles tan tupidas por el bullicio de la gente que un sonido más como el de su show no llega a molestar. Más bien, el artista callejero gana adeptos con el tiempo, mejora sus instrumentos manufacturados y así de a poco se vuelve más que un show callejero, parte indisoluble del sonido de la tierra caliente.