ALBUM REVIEW: “Pink Friday 2” (2023) - Nicki Minaj

There is no doubt that within the musical universe of rap, Nicki Minaj's name is extremely popular and is still considered one of the great pillars that function as an automatic reference to highlight that any and all women can be part of this same environment (which still is mostly male). Minaj was one of the “forerunners” among female rappers in the most current music scene, and helped to break all this sonic segregation imposed within this culture where machismo, even if veiled, exists and discourages so many other talented women, who unfortunately end up giving up. of their career due to lack of opportunities, or visible prejudice.

Just like any other female rapper, Minaj still faces challenges in staying relevant in the eyes of her critics (who basically regard her as an embodiment of visual extravagance and musical contextualization without complex structures), but is generally more accepted by her fans. In any case, it is a fact to say that this world of rappers has not yet fully accepted the female presence within it and Minaj continues fighting to try to change all of this the way she knows how to do it: being a creative artist, with a very strong personality and ideas. differentiated. Reinforcing her persona, she continues to make people talk (good or bad) about what she sings.

In her most recent work (which is her fifth studio album), the American rapper has already broken records and become the biggest debut of a female hip-hop album most listened to in the history of Spotify. This milestone already shows that her work was, at the very least, something long awaited by the public (especially her fans) and in fact, this was consolidated with a very warm reception from the common public. Specialist critics are currently very divided about the quality of the material (it took almost five years to be completely finished before being officially released), but personally speaking, I actually liked this album in general (but I didn't find it innovative).

Pink Friday 2's greatest asset is precisely making a direct reference to her first album (Pink Friday) and, at the same time, bringing a new (and more mature) version of herself (as a woman and as a singer). A more immersive look into the universe that she now certainly knows better than she did 13 years ago. This becomes a necessarily important factor so that she can show her entire evolution within the context of this new album. There is a lot of insight in emphasizing references to his predecessor, and in parallel, creating his own dome as if it were a return and a revolution of work within the same musical context. Confusing, but functional.

This time, she tries to reinvent her most critical and acidic side. In some moments she really manages to do this and shows that the project has very good potential, mainly by consolidating her importance as an essential name within the most recent rap universe through work that can be considered as identity certification. Here, Minaj's musical style focuses on her diverse themes about everything that can be relevant within very commercial rap. Therefore, she reaffirms herself as an artist who seeks to bring about change, but having good intentions for this is not enough to confirm what seems to be only on the level of ideas.

However, despite this being a really well-intentioned project (in essence it is basically a tribute to the first work of her career, which was directly responsible for making her a world-famous name), unfortunately it is very confusing within its scope. own context. Released by Young Money Entertainment in partnership with Republic Records, the work is produced by a diverse team and perhaps all this “democratization” of concepts, ideas and thoughts was a problem for the final result, which is really very distorted and in some cases At times there is also a dull, tiring execution that makes it a highly uninteresting project.

Throughout its 22 songs, the project offers a true sonic journey based on countless referential interpolations, which instead of helping it remain a functional and fun work, ends up turning it into a mess with elements that have little to do with it. say about what Minaj herself really wanted to do. Betting on a cast of very influential cameos within the universe she wants to continue exploring (J. Cole, Lil Wayne, Tate Kobang, Drake, Lourdiz, Lil Uzi Vert, Skeng, Skillibeng, Future and Tasha Cobbs Leonard), there is an attempt to create a bold album, but it seems that the intention was only in the recording studio due to its disorganization.

In fact, Pink Friday 2 manages to bring a smarter version of Nicki Minaj, but there still needs to be a critical evolution in the content that is being created by the song arrangements (which here are more superficial and less expressive). Vocally, she verbalizes all her work with much more attitude and propriety when deciding to talk about love, loss, women's empowerment, greed, money, fame, as well as behavioral and some social criticisms. Exploring other musical genres besides rap (for example, r&b, pop and gospel), the work aspires for complexity and innovation, but it really fails to deliver what it promises by getting almost completely lost in its mismatched execution.

No cabe duda de que dentro del universo musical del rap, el nombre de Nicki Minaj es sumamente popular y sigue siendo considerado uno de los grandes pilares que funcionan como referencia automática para resaltar que todas y cada una de las mujeres pueden ser parte de este mismo entorno (que aún es mayoritariamente masculino). Minaj fue una de las “precursoras” entre las raperas del panorama musical más actual, y ayudó a romper toda esa segregación sonora impuesta dentro de esta cultura donde el machismo, aunque velado, existe y desalienta a tantas otras mujeres talentosas, que lamentablemente terminan renunciar a su carrera por falta de oportunidades o prejuicios visibles.

Al igual que cualquier otra rapera, Minaj todavía enfrenta desafíos para mantenerse relevante a los ojos de sus críticos (que básicamente la consideran una encarnación de la extravagancia visual y la contextualización musical sin estructuras complejas), pero en general es más aceptada por sus fanáticos. En cualquier caso, es un hecho decir que este mundo de los raperos aún no ha aceptado del todo la presencia femenina dentro de él y Minaj sigue luchando para intentar cambiar todo esto de la manera que ella sabe hacerlo: siendo una artista creativa, con una personalidad muy marcada y con ideas diferenciadas. Reforzando su personalidad, continúa haciendo que la gente hable (buena o mala) sobre lo que canta.

En su trabajo más reciente (que es su quinto álbum de estudio), la rapera estadounidense ya ha batido récords y se ha convertido en el mayor debut de un álbum de hip-hop femenino más escuchado en la historia de Spotify. Este hito ya demuestra que su trabajo era, cuanto menos, algo muy esperado por el público (especialmente por sus fans) y de hecho, esto se consolidó con una muy cálida acogida por parte del público común. Los críticos especializados actualmente están muy divididos sobre la calidad del material (tardó casi cinco años en estar completamente terminado antes de su lanzamiento oficial), pero personalmente hablando, este álbum me gustó en general (pero no lo encontré innovador).

La mayor baza de Pink Friday 2 es precisamente hacer referencia directa a su primer disco (Pink Friday) y, al mismo tiempo, traer una nueva (y más madura) versión de sí misma (como mujer y como cantante). Una mirada más inmersiva al universo que ahora ciertamente conoce mejor que hace 13 años. Esto se convierte en un factor necesariamente importante para que pueda mostrar toda su evolución en el contexto de este nuevo álbum. Hay mucha perspicacia en enfatizar las referencias a su antecesor, y en paralelo, crear su propia cúpula como si se tratara de un regreso y una revolución del trabajo dentro de un mismo contexto musical. Confuso, pero funcional.

Esta vez intenta reinventar su lado más crítico y ácido. En algunos momentos realmente lo logra y demuestra que el proyecto tiene muy buen potencial, principalmente consolidando su importancia como un nombre imprescindible dentro del universo del rap más reciente a través de un trabajo que puede considerarse una certificación de identidad. Aquí, el estilo musical de Minaj se centra en sus diversos temas sobre todo lo que puede ser relevante dentro del rap muy comercial. Por lo tanto, se reafirma como una artista que busca generar cambios, pero tener buenas intenciones para ello no es suficiente para confirmar lo que parece ser solo en el nivel de las ideas.

Sin embargo, a pesar de ser un proyecto realmente bien intencionado (en esencia es básicamente un homenaje al primer trabajo de su carrera, que fue el responsable directo de convertirla en un nombre mundial), lamentablemente resulta muy confuso en su alcance. propio contexto. Lanzado por Young Money Entertainment en asociación con Republic Records, el trabajo es producido por un equipo diverso y quizás toda esta “democratización” de conceptos, ideas y pensamientos fue un problema para el resultado final, que realmente está muy distorsionado y en algunos casos atenta. A veces también hay una ejecución aburrida y agotadora que lo convierte en un proyecto muy poco interesante.

A lo largo de sus 22 canciones, el proyecto ofrece un auténtico viaje sonoro basado en innumerables interpolaciones referenciales, que en lugar de contribuir a que siga siendo una obra funcional y divertida, acaba convirtiéndola en un caos con elementos que poco tienen que ver con lo que dicen. La propia Minaj tenía muchas ganas de hacerlo. Apostando por un elenco de cameos muy influyentes dentro del universo que quiere seguir explorando (J. Cole, Lil Wayne, Tate Kobang, Drake, Lourdiz, Lil Uzi Vert, Skeng, Skillibeng, Future y Tasha Cobbs Leonard), hay un intento crear un álbum atrevido, pero parece que la intención estaba sólo en el estudio de grabación debido a su desorganización.

De hecho, Pink Friday 2 logra traer una versión más inteligente de Nicki Minaj, pero aún necesita una evolución crítica en el contenido que se está creando con los arreglos de las canciones (que aquí son más superficiales y menos expresivos). Vocalmente verbaliza todo su trabajo con mucha más actitud y decoro al decidir hablar sobre el amor, la pérdida, el empoderamiento de la mujer, la codicia, el dinero, la fama, así como críticas conductuales y algunas sociales. Al explorar otros géneros musicales además del rap (por ejemplo, r&b, pop y gospel), la obra aspira a la complejidad y la innovación, pero realmente no cumple lo que promete al perderse casi por completo en su ejecución no coincidente.

Não há dúvidas de que dentro do universo musical do rap, o nome de Nicki Minaj é extremamente popular e ainda considerado como um dos grandes pilares que funcionam como uma referência automática para evidenciar que toda e qualquer mulher pode fazer parte desse mesmo ambiente (que ainda é majoritariamente masculino). Minaj foi uma das “precursoras” entre as rappers femininas do cenário mais atual da música, e ajudou a quebrar toda essa segregação sonora imposta dentro dessa cultura onde o machismo, ainda que velado, existe e desestimula tantas outras mulheres talentosas, que infelizmente acabam desistindo de sua carreira pela falta de oportunidades, ou pelo visível preconceito.

Assim como qualquer outra rapper feminina, Minaj ainda enfrenta desafios para se manter relevante aos olhos de seus críticos (que basicamente a consideram como uma personificação da extravagância visual e contextualizações musicais sem estruturas complexas), mas geralmente é mais bem aceita pelos seus fãs. De todo modo, é um fato dizer que esse mundo dos rappers ainda não aceitou totalmente à presença feminina dentro dele e Minaj segue lutando para tentar mudar tudo isso do jeito que ela sabe fazer: sendo uma artista criativa, com uma personalidade muito forte e ideias diferenciadas. Reforçando à sua persona, ela continua fazendo as pessoas falarem (bem ou mal) sobre o que ela canta.

Em seu mais recente trabalho (que é o seu quinto álbum em estúdio), a rapper americana já chegou quebrando recorde e se tornou a maior estreia de um álbum de hip-hop feminino mais ouvido na história do Spotify. Esse marco já mostra que o trabalho dela era, no mínimo, algo muito aguardado pelo público (em especial, pelos seus fãs) e de fato, isso se consolidou com uma recepção bem calorosa por parte do público comum. A crítica especializada está atualmente bem dividida sobre a qualidade do material (que precisou de quase cinco para ser completamente finalizado antes de ser oficialmente lançado), mas pessoalmente falando, eu até que gostei desse álbum no geral (mas não o achei inovador).

O grande trunfo de Pinki Friday 2 é justamente fazer uma referência direta do primeiro álbum dela (Pink Friday) e, ao mesmo tempo, trazer uma nova (e mais amadurecida) versão dela mesma (enquanto mulher e enquanto cantora). Um olhar mais imersivo dentro do universo que ela agora certamente conhece melhor do que conhecia há 13 anos. Isso se torna um fator necessariamente importante para que ela possa mostrar toda à sua evolução dentro do contexto desse novo álbum. Há muita perspicácia ao enfatizar referências ao seu antecessor, e em paralelo, criar à sua própria redoma como se fosse um regresso e uma revolução trabalho dentro de um mesmo contexto musical. Confuso, mas funcional.

Desta vez, ela tenta reinventar o seu lado mais crítico e ácido. Em alguns momentos ela realmente consegue fazer isso e mostra que o projeto tem um potencial muito bom, principalmente por sedimentar a importância dela enquanto um nome essencial dentro do universo do rap mais recente através de um trabalho que pode ser considerado como termos certificação de identidade. Aqui, o estilo musical de Minaj crava à sua temática diversa sobre tudo o que consegue ser relevante dentro do rap bastante comercial. Sendo assim, ela se reafirma como uma artista que busca trazer mudanças, mas ter as boas intenções para isso não é o suficiente para confirmar o que parece estar apenas no plano das ideias.

No entanto, apesar deste ser um projeto realmente bem intencionado (à sua essência é basicamente uma homenagem ao primeiro trabalho da carreira dela, e que foi diretamente responsável por torná-la em um nome mundialmente famoso), infelizmente ele é muito confuso dentro do seu próprio contexto. Lançado pela Young Money Entertainment em parceria com a Republic Records, o trabalho é produzido por um time diverso e talvez toda essa “democratização” de conceitos, ideias e pensamentos tenha sido um problema para o resultado final, que é realmente muito distorcido e em alguns momentos há também uma execução maçante, cansativa e faz dele um projeto altamente desinteressante.

Ao longo de suas 22 músicas, o projeto oferece uma verdadeira viagem sonora baseada em incontáveis interpolações referenciais, que ao invés de ajudá-lo a se manter como um trabalho funcional e divertido, acaba tornando-o em uma bagunça com elementos que pouco tem a dizer sobre o que à própria Minaj realmente queria fazer. Apostando em um elenco de participações especiais muito influente dentro do universo que ela quer continuar desbravando (J. Cole, Lil Wayne, Tate Kobang, Drake, Lourdiz, Lil Uzi Vert, Skeng, Skillibeng, Future e Tasha Cobbs Leonard), há uma tentativa de criar um álbum ousado, mas parece que a intenção ficou apenas no estúdio de gravação devido à sua desorganização.

De fato, Pink Friday 2 consegue trazer uma versão mais esperta da Nicki Minaj, mas ainda precisa haver uma evolução crítica no conteúdo que está sendo feito pelos arranjos músicas (que aqui são mais superficiais e menos expressivos). Vocalmente, ela verbaliza todo o seu trabalho com muito mais atitude e propriedade ao decidir falar amores, perdas, empoderamento da mulher, ganância, dinheiro, fama, além de críticas comportamentais e algumas sociais. Explorando outros gêneros musicais além do rap (por exemplo, r&b, pop e gospel), o trabalho aspira por complexidade e inovação, mas realmente não consegue entregar o que promete ao se perder quase que por completo em sua execução desajustada.