De regreso igual tomamos un carrito, pero como todo no puede ser perfecto, no habíamos salido de caracas cuando comenzó a fallar y en Maracay nos paramos para que el señor “lo arreglará”, pero sorpresa, lo que le arregló no era la falla, y así un viaje que iba a durar 5 horas se transformó en un viaje de 7 horas, el carro se apagaba, no aceleraba y al inicio yo era un ser lleno de paciencia pero al llegar al estado Yaracuy, nos desviaron porque en la principal había un accidente y allí me empecé a impacientar.

Y en Morón nos subieron otro pasajero entonces yo tenía un ojo en el carro y otro en el pasajero 👀, resulta que en San Felipe se quedó uno de los pasajeros y a menos de 10 Km el carro se apagó, resulta que se había quedado sin gasolina, no sé si ustedes saben, pero acá la gasolina tiene sus momentos de escasez y yo me preocupe, menos mal se consiguió una bomba y unas personas amablemente nos regalaron dos litros para poder surtir.

En ese proceso conocimos al nuevo pasajero que me decía que no era árabe y yo como que no si habla un idioma extraño me dijo soy persa y nany y yo 😮. Seguimos rodando viendo que la gasolina se estaba consumiendo muy rápido, y al pasar el peaje de la entrada a la ciudad se apagó nuevamente, allí ya no había bombas ni personas cercas. Por suerte un amigo de Nany con el que ella estaba en contacto pudo irnos a buscar, al señor persa también lo buscaron y como a las 7:00pm fue que llegamos a casa de Nany. Nuestro aprendizaje del viaje de regreso fue no viajes en un Optra 😂😂😂.