Bésame...

A unos escasos 60 kilómetros de La Habana se encuentra la playa de Jibacoa. En sus inmediaciones, una extraña formación rocosa se yergue sobre una colina cercana a la costa, el "Peñón del Fraile". El mito que rodea el origen de esta roca me sirvió de inspiración para este corto relato y es mi aporte a la iniciativa lanzada por nuestra anfitriona...allá va eso Amanda 🤪.

Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo (nadie recuerda cuándo) dos jóvenes se amaron desesperadamente. Su amor nació ante la fuerza de las olas y la profundidad del mar como testigos.

Cada noche, burlando la vigilancia de sus padres, corrían a la orilla de la playa a susurrarse su cariño. Su romance era un secreto, pues sus familias se odiaban...(como en toda buena tragedia shakesperiana 😜).

Una de esas noches, con la voz cargada de desesperanza, Diego le cantó a Isabel:

_ Bésame, bésame mucho, como si fuera esta noche la última vez.

_ No digas eso - susurró ella, con los ojos llenos de lágrimas.

_ Tengo miedo a perderte, perderte después - respondió él apretando su mano, mientras una premonición fatal le recorría el cuerpo.

Al día siguiente, las familias, enteradas del romance; obligaron a los jóvenes a ponerle fin. Esa noche, en la misma playa que tantas veces los había visto reír, lloraron desconsolados y se juraron amor eterno. Si no podían estar juntos, se entregarían a Dios.

Isabel ingresó en un convento y él se convirtió en fraile, pero su amor permaneció intacto. Cuando la luna llena iluminaba la noche, los amantes corrían a la playa y permanecían allí, sin tocarse, sin siquiera mirarse...solo llorando, arropados por el mar que mojaba sus pies.

Así continuaron hasta que la vejez llegó a sus vidas. Con el corazón destrozado de añoranza, en una de esas noches de encuentro, Isabel cantó. Su canto era un débil hilo que el viento llevó a Diego.

_ Piensa que tal vez mañana, yo ya estaré lejos, muy lejos de aquí.

Desde la distancia ella oyó, como un eco doloroso, la voz de él:

_ Bésame, bésame mucho, que tengo miedo a perderte, perderte después...

Fue su despedida. En ese instante, un fulgor plateado iluminó la noche.

Cuentan que al amanecer, los habitantes del pueblo encontraron en la colina cercana a la playa, dos nuevas rocas. No estaban juntas, sino separadas, una frente a otra, de tal manera que parecen mirarse eternamente.

La más alta es Diego y la otra, sin dudas, es Isabel. También dicen que en noches de luna llena, cuando el viento sopla del este, se escucha entre las rocas el viejo y conocido estribillo.

_ Bésame, bésame mucho...

Fuente

! [English here]
Just over 60 kilometers from Havana lies the beach of Jibacoa. In its vicinity, a strange rock formation rises on a hill near the coast: "El Peñón del Fraile" (The Friar's Crag). The myth surrounding the origin of this rock inspired this short story, and it's my contribution to the initiative launched by our host... here goes, Amanda 🤪.

Legend has it that a long, long time ago (no one remembers when), two young people loved each other desperately. Their love was born with the force of the waves and the depth of the sea as their witnesses.

Every night, eluding their parents' watch, they would run to the shore to whisper their affection. Their romance was a secret, for their families hated each other...(as in any good Shakespearean tragedy 😜).

One such night, with a voice full of despair, Diego sang to Isabel:

_ Kiss me, kiss me a lot, as if tonight were the last time.

_ Don't say that -she whispered, her eyes filled with tears.

_ I'm afraid of losing you, losing you afterward -he replied, squeezing her hand, as a fatal premonition ran through his body.

The next day, the families, having learned of the romance, forced the young lovers to end it. That night, on the same beach that had so often seen them laugh, they cried inconsolably and swore eternal love to each other. If they couldn't be together, they would devote themselves to God.

Isabel entered a convent, and he became a friar, but their love remained intact. When the full moon illuminated the night, the lovers would run to the beach and remain there, without touching, without even looking at each other...just crying, wrapped in the sea that wet their feet.

This continued until old age came to their lives. With their hearts broken from longing, during one of those nightly meetings, Isabel sang. Her song was a faint thread carried by the wind to Diego.

_ Think that maybe tomorrow, I will be far, very far away from here.

From a distance, she heard, like a painful echo, his voice:

_ Kiss me, kiss me a lot, for I'm afraid of losing you, losing you afterward...

It was their farewell. At that moment, a silvery glow lit up the night.

They say that at dawn, the villagers found two new rocks on the hill near the beach. They were not together but separated, facing each other, in such a way that they seem to gaze at each other for eternity.

The taller one is Diego, and the other, without a doubt, is Isabel. They also say that on full moon nights, when the wind blows from the east, the old and familiar refrain can be heard among the rocks.

_ Kiss me, kiss me a lot...

Me divertí mucho atravesando un espeso monte para lograr acercarme a estas rocas, lamentablemente no pude llegar más cerca. Pasé un buen susto con una vaca que estaba pastando cerca...me hizo correr 🤭.

I had a lot of fun trekking through thick brush to get closer to these rocks, although unfortunately, I couldn't get all the way there. I got quite a scare from a cow that was grazing nearby...it made me run! 🤭

_{Derecho reservado sobre el texto y las imágenes, que son de mi autoría a no ser que se indique lo contrario. Uso DeepL para la traducción porque mi Inglés es muy malo. 🤭}

_{All rights reserved on the text and images, which are of my authorship unless otherwise indicated. I use DeepL for translation because my English is very bad. 🤭}