Hello, how are you? Music has that wonderful peculiarity of marking relevant moments in our lives and making them unique but at the same time indelible, there are songs that reach the soul and stay there, songs that make you form unbreakable bonds that last over time, so today I want to share with you something that my dad and I were talking about a few days ago, something that brings back beautiful memories of my distant childhood, but just by closing my eyes I live them intensely again.

Hola ¿cómo están? La música tiene esa maravillosa particularidad de marcar momentos relevantes en nuestras vidas y volverlos únicos pero al mismo tiempo imborrables, hay canciones que llegan al alma y se quedan allí, canciones que hacen que formes vínculos irrompibles que perduran en el tiempo, por eso hoy quiero compartir con ustedes algo que mi papá y yo estuvimos comentando hace unos días, algo que nos trae hermosos recuerdos de mi infancia lejana, pero con tan solo cerrar los ojos vuelvo a vivirlos intensamente.

En primer lugar déjenme decirles que Julio Iglesias nunca me gustó como cantante, de hecho casi no escucho el genero baladas, pero hay una canción de él en particular que me llega al alma porque a mi papá le gustaba mucho, lo hacía pensar en mi desde que yo era muy pequeñita.

La canción se llama "De niña a mujer" y básicamente nos haba de la nostalgia y a la vez el temor que siente un padre al ver que su hijita va creciendo y se hace mayor, tal vez en ese entonces, cuando yo era pequeña no lo entendía, pero ahora puedo imaginar a mi papá al verme jugar con mis muñecas mientras él pensaba en mi futuro, temeroso tal vez ante los peligros de la vida, queriendo protegerme siempre, recuerdo como si fuera ayer que cuando yo tenía unos seis años vivíamos en un pueblo al occidente de mi estado y mi papá trabajaba en la ciudad, por lo tanto se iba muy temprano y regresaba por las tardes, muy cansado tanto por el trabajo como por el viaje, aún así a veces accedía a mi petición de jugar, y cuando se negaba, alegando cansancio, yo no podía entenderlo, solo me enojaba o me ponía triste (algo típico de los niños que no comprenden lo que implica salir a ganarse la vida) pero los fines de semana cuando él permanecía en casa yo era muy feliz, ambos nos despedíamos de mi mamá y nos íbamos a un club que estaba cercano a casa, él me tomaba de la mano y yo tomaba la mano de mi muñeca Gigi.

En ese club había una rocola, según recuerdo, era muy grande y rectangular, mi papá siempre metía una moneda y elegía aquella hermosa canción para mi, cuando él no lo hacía era yo quien se la pedía... "Papi, mi canción" y él entonces me complacía. Cuando la canción sonaba, yo me sentía feliz, era mía, debo confesar que no le prestaba demasiada atención a la letra, pero el simple hecho de que mi padre me la dedicara ya la hacía especial para mi, a veces la escuchaba más de una vez...