Benito Martínez según Jorge Drexler [ES-EN]

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This post is available in both English and Spanish, you can access the English version below

Hola melómanos, y también para quienes me han ofrecido el beneficio de su seguimiento. A estos últimos casi que les debo una disculpa, porque estoy describiendo una suerte de zigzag con las temáticas que escojo para publicar que la verdad espero me perdonen.

Les cuento una anécdota para introducir más o menos este post. Lograr resultados en materia de interacción y recompensas publicando contenidos como este en Hive es bien complicado. Tanto, que solo he identificado una cuenta con un poder de voto considerable que los cure con regularidad. Pues bien, en este otro post habían pasado no ya las 24 horas críticas que deciden la suerte de una publicación en Hive, sino prácticamente 72, cuando arribó el voto de nuestro mecenas en la comunidad Deep Dives. Siendo sincero, me alegró bastante la mañana, a tal punto que decidí arrancar ese día con música para celebrar.

Aquí es donde viene otra vez la teoría del zigzag, pero ahora dentro de un mismo tema —la música—, porque lo único que me vino a la mente que podía reflejar mi estado de ánimo no estaba aquí o en otras referencias que todavía no he comentado —como el smooth jazz, por ejemplo—, sino en las explícitas letras y alegres beats del disco Las Leyendas Nunca Mueren 2, de Anuel AA. No me crucifiquen ni se rasguen las vestiduras, acompáñenme.

La mirada de Drexler

La etapa en el preuniversitario arrastró a casi toda mi generación hacia el mundo del reguetón. Aquello fue una revolución que, bajo nuevas formas y actores —guste o no—, se mantiene hasta hoy en Cuba y el mundo.

No es necesario sumarse activamente a la ola del género, pero creo que todo el que se relaciona con la música debiera tratar de comprenderlo más allá de los prejuicios o sus juicios de valor. Hace pocas semanas encontré una entrevista bastante reciente con el reconocidísimo Jorge Drexler, publicada en El País , en la que el cantante y actor uruguayo expuso algunos criterios sobre los que vale la pena meditar. Drexler hace una defensa que no es condescendiente de exponentes como Bad Bunny y el reguetón en general, a partir de su propia inmersión en la base del género como fenómeno social.



Benito Martínez (Bad Bunny). Imagen de Wikimedia Commons, atribuida a Toglenn y disponible bajo la licencia CC BY-SA 4.0.

A su juicio, el disco "Un verano sin ti" es lo mejor que ha escuchado en mucho tiempo —yo no iría tan lejos, pero creo que fue tajante para reforzar la calidad de la propuesta, que para mí es irrebatible—. Además, nos dice el artista uruguayo que para comprenderlo todo hay que ir a los barrios de Santurce o La Perla —como él hizo— y participar del show por cuenta propia. También que es imposible desentenderse de un movimiento que tiende a colocar varias canciones de su propia cosecha entre las diez más escuchadas en el mundo, globalizando el español.

En esta última línea hay un punto bien interesante, y que tiene que ver con cómo el reguetón arrastra consigo a toda la música latina —sin entrar en los featurings—. Y no es de ahora, viene de la mismísima "Gasolina" de Daddy Yankee. Recuerdo al inolvidable maestro cubano Juan Formell reconocer que ese tema activó nuevamente la circulación de la música cubana en el mercado internacional (y sin embargo años atrás se había dado un fenómeno a la inversa en Cuba, cuando fue el son tradicional de los "viejitos" del Buena Vista Social Club lo que sirvió de base para que la propuesta de Orishas —entre lo urbano y lo tradicional— triunfara).

Volviendo a la valoración de Jorge Drexler, lo que más me gustó fue cuando hizo referencia explícita a la esencia del gancho que tiene el género. Extrapolando aquello que se dice en política sobre la base económica ("es la economía, estúpido"), el uruguayo se pregunta a sí mismo cuál es la otra razón de que el reguetón tenga tanta atracción, y se responde: "Es el sexo, estúpido". Encarecidamente los invito a leer la entrevista completa, que no tiene desperdicio.

Mi opinión

Aunque Drexler apuntó esencialmente al baile en sus respuestas, también se puede llevar su perspectiva a la discutida dimensión de las letras. A veces me cuesta entender cuando la gente se lleva las manos a la cabeza con aquellas que son más explícitas, en modo parental advisory. Cuando el reguetón se ancla en esta variante, donde destacan exponentes como Anuel, lo único que hace es exponer en bruto nuestra intimidad más voluptuosa o extrema en su manifestación, sucia si se quiere, pero que está ahí casi siempre en algún grado, si somos sinceros con nosotros mismos.

En el mismo orden, el tema de la mujer en ocasiones se sobrecarga —ojo, tengo tolerancia cero hacia el abuso y todo lo que lacere su dignidad—, y creo que una buena dosis de Camille Paglia ayudaría a sacudirse de moralismos inanes. Si algo se sale de nuestro nivel de tolerancia podemos seguir de largo, pero no me parece bien proscribirlo desde una supuesta superioridad moral. Paglia respondía así en 1995 una pregunta para Playboy: "las mujeres son todas diferentes[, algunas] son muy obscenas".

Escribo con mucho respeto y sensibilidad, pero desde lo fáctico, o simplemente desde otra perspectiva del asunto. Parece que nos hemos desviado del tema pero no. Y puede ser que ninguno de los responsables de las letras que más tienden a escandalizar conozcan a Paglia o hayan leído al Bataille que, en su obra El erotismo, dice una cosa tremenda que tuve en el borrador de este post y luego eliminé para evitar malentendidos, pero los puentes están ahí, solo hay que animarse a pasar por ellos para tratar de explicarnos mejor el mundo que vivimos.

También todo tiene mucho que ver con el contexto donde se origina esta onda del reguetón. Cuando caemos en el ámbito del trap, o cuando Anuel dice que su lema "real hasta la muerte" no es solo música, hay que tomarse muy en serio el movimiento y sus letras cargadas de guapería y ostentación. Con la misma crudeza que se permiten hablar del sexo, lo hacen sobre su experiencia social concreta. Y eso es un canto a la identidad y una denuncia social implícita o explícita al mismo tiempo. O sea, aunque no sea su intención, están poniendo en evidencia determinado orden social —Drexler toca este punto, que Residente aborda desde otra perspectiva—, pero me parece que están muy conscientes de ello la mayor parte del tiempo.

Soy un convencido de que el reguetón —con sus errores, problemas, amenazas y riesgos— tiene valores culturales y sociales. Es un tema debatible, repito que desde el respeto y con espíritu sosegado. Miren, tampoco se ha quedado estático. Bad Bunny, por ejemplo, si de verdad queremos ser objetivos, ha recorrido y madurado mucho desde un tema como "Tú no metes cabra" hasta "Andrea" u "Ojitos Lindos". Aunque siga haciendo cosas como "La Jumpa" con Arcangel —que me encanta— hay una evolución tanto musical como integralmente estética.

Incluso desde Benito Martínez vemos el intento por rescatar aquel orgullo por la raza latina. En uno de los temas que interpreta dice de Puerto Rico:

Tierra de Maelo y Tego Calderón
Y de [J. J.] Barea, el que fue campeón,
Primero que LeBron [James]...

Hay que tener cierta cultura en el baloncesto estadounidense —en el caso anterior— como en el béisbol para el siguiente, pero creo que se entiende el mensaje. El fragmento que canta en "La Jumpa" recoge esto:

Yo soy un pitcher, yo soy un pitcher, ey
Y este es otro juego que me voy no hitter
Vengo de PR, tierra de [Roberto] Clemente
A mí sin cojones me tienen to' los [Derek] Jeters, ey

Las comparaciones que hace no se sostienen desde el punto de vista práctico, son simbólicas. Lo que importa es que hay un sentido de la identidad allí que me parece encomiable. Sin que sea un discurso racista o xenófobo.

Finalmente, fuera de las letras, creo que ninguno de los problemas que musicalmente se le puedan atribuir al reguetón es exclusivo de esa corriente. Como bien hay muchos reguetoneros de estudio —esos que en directo no pueden proyectar más que sus playbacks y tímidamente balbucir algo sobre ellos—, también encontraremos representantes en otros géneros con este síndrome, incluyendo artistas que exhiben el gramófono dorado en su vitrina.

Hacía algún tiempo quería redactar algunas líneas sobre el tema, y me gustaría expandir y contrastar mi visión con sus enfoques. Muchas gracias por su paciente lectura y que tengan una feliz jornada.

Benito Martínez by Jorge Drexler [English version]

Hello music lovers, and also to those who have offered me the benefit of your follow-up. To the latter, I almost owe an apology, because I am describing a sort of zigzag with the themes I choose to publish that I hope you'll forgive me.

I tell you an anecdote to introduce more or less this post. Achieving results in terms of rewards by publishing content like this in Hive is quite complicated. So much so that I have only identified one account with considerable Hive Power that takes care of them regularly. Well, in this other post had passed not the critical 24 hours that decide the fate of a publication in Hive, but almost 72, when the vote of our patron in the Deep Dives community, arrived. To be honest, it made my morning so happy that I decided to start that day with music to celebrate.

This is where the zigzag theory comes in again, but now within the same theme —music—, because the only thing that came to my mind that could reflect my mood was not here or in other references that I have not yet commented on —smooth jazz, for example—, but in the explicit lyrics and joyful beats of the album Las Leyendas Nunca Mueren 2, by Anuel AA. Don't crucify me or tear your clothes, join me.

The Drexler's view

The pre-university stage dragged almost all of my generation into the world of reggaeton. That was a revolution that, under new forms and actors —like it or not— is still going on today in Cuba and the world.

It's not necessary to actively join the wave of the genre, but I think that everyone related to music should try to understand it beyond prejudices or value judgments. Well, a few weeks ago I came across a fairly recent interview with the renowned Jorge Drexler, published in El País, in which the Uruguayan singer and actor expressed some criteria on which it's worth meditating. Drexler makes a defense that isn't condescending of exponents such as Bad Bunny and reggaeton in general, based on his own immersion in the basis of the genre as a social phenomenon.

In his opinion, the album "Un verano sin ti" is the best he has heard in a long time —I wouldn't go that far, but I think he was blunt to reinforce the quality of the proposal, which for me is irrefutable—. In addition, the Uruguayan artist tells us that to understand everything you have to go to the neighborhoods of Santurce or La Perla —as he did— and participate in the show on your own. He also says that it is impossible to ignore a movement that tends to place several of his own songs among the ten most listened to in the world, globalizing Spanish.

In this sense, there is a very interesting point, and it has to do with how reggaeton drags with it all the Latin music —without going into featurings—. And it's not new, it comes from Daddy Yankee's "Gasolina". I remember the unforgettable Cuban maestro Juan Formell acknowledging that this song once again activated the circulation of Cuban music in the international market (and yet years before there had been a reverse phenomenon in Cuba when it was the traditional son of the "viejitos" of the Buena Vista Social Club that served as the basis for Orishas' proposal —between the urban and the traditional— to triumph).

Returning to Jorge Drexler's assessment, what I liked the most was when he made explicit reference to the essence of the genre's hook. Extrapolating what is said in politics about the economic base ("it's the economy, stupid"), the Uruguayan asks himself what is the other reason why reggaeton has so much attraction, and answers: "It's the sex, stupid". I strongly invite you to read the complete interview, which isn't to be missed.

My opinion

Although Drexler is essentially aiming at the dance, you can also extrapolate his perspective to the lyrical dimension. Sometimes I find it hard to understand when people throw their hands up in the air with the most explicit lyrics, those in parental advisory mode. When reggaeton is anchored in this variant, where exponents like Anuel stand out, the only thing it does is expose our most voluptuous or extreme intimacy in its raw manifestation, nasty if you will, but which is almost always there to some degree, if we are honest with ourselves.

In the same vein, the subject of women is sometimes overloaded —mind you, I have zero tolerance for abuse and anything that lacerates their dignity— and I think a good dose of Camille Paglia would help to shake off inane moralisms. If something is beyond our level of tolerance, we can go on, but I don't think it's right to proscribe it from a supposed moral superiority. Paglia answered a question for Playboy in 1995: "women are all different[, some] are very obscene".

I write with great respect and sensitivity, but from the factual, or simply from another perspective on the matter. We seem to have strayed from the topic but we haven't. And it may be that none of those responsible for the letters that most tend to scandalize know Paglia or have read Bataille who in his work "Eroticism" says a tremendous thing that I had in the draft of this post and then eliminated to avoid misunderstandings, but the bridges are there, we just have to encourage ourselves to go through them to try to better explain the world we live in.

Also, everything has a lot to do with the context where this reggaeton wave originates. When we fall into the realm of trap, or when Anuel says that his motto "real until death" isn't just music, we have to take the movement and its lyrics loaded with cuteness and ostentation very seriously. With the same crudeness that they allow themselves to talk about sex, they do so about their concrete social experience. And that is a hymn to identity and an implicit or explicit social denunciation at the same time. That's to say, even if it's not their intention, they are exposing a certain social order —Drexler touches on this point, which Residente approaches from another perspective—, but it seems to me that they are very conscious of it most of the time.

I'm convinced that reggaeton —with its mistakes, problems, threats, and risks— has cultural and social values. It's a debatable topic, but I repeat, with respect and in a calm spirit. Look, nothing has remained static. Bad Bunny, for example, if we really want to be objective, has come a long way and matured a lot from a song like "Tú no metes cabra" to "Andrea" or "Ojitos Lindos". Although he continues to do things like "La Jumpa" with Arcangel, there is an evolution both musically and aesthetically.

But even from Benito Martínez, we see the attempt to rescue that pride in the Latin race. In one of the songs he performs, he says of Puerto Rico:

Tierra de Maelo y Tego Calderón
And of Barea, the one who was champion,
First than LeBron, mmm

You need to have a certain culture in American basketball —in the previous case— as in baseball for the next one, but I think you get the message. The snippet he sings in "La Jumpa" captures this:

I'm a pitcher, I'm a pitcher, hey.
And this is another game I'm going no-hitter
I come from PR, the land of Clemente
~~A mí sin cojones me tienen to' los Jeters, hey
~~

The comparisons he makes don't hold up from a practical point of view, they are symbolic. What matters is that there's a sense of identity there that I find commendable. Without it being a racist or xenophobic discourse.

Finally, apart from the lyrics, I believe that none of the problems musically attributable to reggaeton are exclusive to this trend. While there are many studio reggaeton artists —those who live can only project their playbacks and shyly babble something about them—, we'll also find representatives in other genres with this syndrome, including artists who display the golden gramophone in their showcase.

I've been wanting to write some lines on the subject for some time, and I would like to expand and contrast my vision with your approaches. Thank you very much for your patient reading and have a happy day.



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Amigo me parece muy interesante el análisis del fenómeno del reguetón desde tu perspectiva. Yo ni siquiera me considero un melómano, soy sencillamente una persona que escucha música según su estado de ánimo, así podrás verme consumiendo rock, mariachis, flamenco, reguetón, trap, rap, trova, pop, r&b, son, rumba, guaguancó... y de ahí en adelante todo lo que genere emociones alineadas con mi estado de ánimo. Pero si debo reconocer algo, independientemente del género y las condiciones político, socio-culturales en los que se desenvuelven el intérprete y su público objetivo, e incluso más allá de temas tan engorrosos como el machismo y la cosificación de la mujer, siento que aquellas canciones que laceran el lenguaje, mostrando pobreza en él vocabulario, e incluso inventando palabras absurdas con el unico objetivo de que rimen y en las que se hace evidente que hojear brevemente un diccionario nunca fue un opción a tener en cuenta; limitan en gran medida mi total conexión con la canción y por tanto atenta contra una satisfactoria experiencia auditiva. Quizás por eso disfruto tanto de Las letras de Buena fé. Nada, que concuerdo contigo en que no es casualidad el alcance que ha tenido él género que analizas en cuestión, pero para mi la musica se reduce a: La disfruto plenamente, parcialmente o no la disfruto? Respondiendo a esa pregunta es que intento hacer mi selección musical de cabecera, o como me gusta llamarle desde que leí el libro Una Pica en Flandes de Daniel Chavarría: mi Farmacopea Musical.

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Hermano muchas gracias siempre por el feedback. Coincido con tu criterio, aunque quizás yo sea un poco más permisivo atendiendo a mi manera de asimilar esos contextos, las razones por las cuales una persona se expresa de una manera determinada, y busco no hacer un veredicto severo a partir de mi posición. Este es un tema en el que fui sincero, y sabía desde que lo estaba preparando que era algo polémico, una característica propia de la comunicación entre los seres humanos que quizás acá en Hive se trata de rechazar un poco (por ejemplo el enfoque de los grandes proyectos de curación hacia las cuestiones políticas). No tenemos por qué estar de acuerdo en todo, lo único que debemos hacer es respetar el criterio del otro y no rebajarlo salvo que sea ofensivo o lesivo a la dignidad.

Yo, la verdad sea dicha, te puedo decir que no es la misma emoción que siento cuando escucho artistas como Seal o Shoshana Bean que cuando se trata de Bad Bunny o Anuel AA, pero los disfruto muchísimo también 😁. No sé si le diste una mirada a la entrevista con Drexler, pero de verdad que vale la pena. Gran abrazo hasta el centro del país bro.

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Mi voto no te dará dinero pero te aplaudo por exponerlo, se lo estudioso que eres de este fenómeno hasta la médula. Gracias

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