Aquietando mi mente: La audiofilia, y el placer de escuchar música

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Cuando hablamos de música hay dos maneras generales de relacionarse con ella. Hay para quienes es solo sonidos de fondo, quienes escuchan lo que les pone la radio y lo que esta de moda, porque eso es lo que suena en todas partes, y que pueden ser seguidores de ciertos artistas, por lo general mediáticos, ir a sus conciertos y comprar sus discos y se quedan hasta ahí, lo que cual no tiene nada de malo. En este grupo considero que está la mayoría de la gente.

En otro grupo, más pequeño, aparte de los músicos, están aquellos que se interesan en la música con una mayor profundidad. Son los que se preocupan por aprender de música, de las diferencias entre los géneros, los que saben reconocer y diferenciar los instrumentos y sus sonidos, los que de saben historia de la música, etc, podemos decir que son los 'nerds' de la música.

Y dentro de este grupo hay dos tendencias o subgrupos; por un lado están los melómanos, y por el otro están los audiófilos. Los melómanos se caracterizan por ser grandes conocedores de música, y suelen ser coleccionistas. Son lo que se saben la historia de las bandas que les gustan, y gustan de tener todo su material, en muchos casos son verdaderas enciclopedias de conocimiento musical, y tiene audiotecas de respeto.

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Por otro lado los audiófilos son amantes y apreciadores del buen sonido, de la calidad de las grabaciones y los equipos que permiten que se reproduzca de la manera más fiel posible al original, con lujo de detalles, lo que no exenta que puedan tener preferencias en el ajuste de algunas frecuencias del audio, pero por lo general buscan poder apreciar todos los instrumentos que forman parte de cada composición.

Los audiófilos no siempre tienen colecciones tan amplias como los melómanos, pero es muy común que tengan varias versiones de los mismos discos, porque hay diferencias en como se escuchan, debido la calidad de grabación, masterizado e incluso la fabricación del dispositivo en que viene almacenada la música, ya sea vinil, cd o algún archivo en formato no físico, como son la mayoría de los formatos digitales.

Se puede ser melómano y audiófilo a la vez, pero por lo general una cosa pesa más que la otra. Un melómano aprecia el buen sonido, y puede tener un excelente equipo de audio, pero no va a estar permanentemente tratado mejorarlo, mientras que un audiófilo si. Por el otro lado un audiófilo puede tener una colección de música muy grande, pero no va a pasar años tratando de conseguir el disco o edición especial que le falta para tener todo lo que grabó su artista o artistas favoritos.

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En términos generales un audiófilo va a gastar más en equipo de sonido, incluso cantidades que puede parecer absurdas, mientras que el melómano va a gastar más en adquirir discos difíciles y/o raros de conseguir, e igual es capaz de pagar cantidades aparentemente absurdas por ellos. Si tienen la opción de elegir entre varias versiones de un mismo disco, el audiófilo se irá por la que se escuche mejor, mientras que el melómano por la más única o rara.

Sin embargo algo que comparten audiófilos y melómanos es que por lo general son incomprendidos. Yo me inicié como melómano, pero en el fondo siempre fui un audiófilo, en parte por ello no soporto los karaokes y para mi son una tortura. Escuchar a alguien todo desafinado mal cantando una canción para mi es incluso doloroso, mientras que para el grueso de la gente es algo divertido.

Para mi el disfrute de la música está en poder apreciar claramente todos los instrumentos de cada tema con el mayor realismo y detalle posible, en casi sentir que se está al lado de quienes la interpretan, y lograr esto puede ser más complejo de lo que parece. Para entender mejor a los audiófilos podemos compararlos con los sommeliers, los catadores y especialistas en vinos, que pueden decirte todos los sabores que es esconden en una botella de vino, e incluso decirte donde se produjo e incluso en que tipo de barril estuvo por años antes de envasarse.

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Un audiófilo, como un somelier, se regocija en los detalles, por más mínimos que sean, y el poder escucharlos claramente y seguirlos con el oído a lo largo de las composiciones que escucha es lo que da sentido a su afición. Evitar que los sonidos se mezclen incorrectamente, se confundan y opaquen entre si es algo que depende de múltiples factores que el audiófilo reconoce y atiende, empezando por la calidad de la fuente (la grabación) y terminando por las características del equipo y el espacio en que se escucha la música.

La resolución de la música es un factor a considerar cuando se trata de formatos digitales, pero si la grabación original es mala, no importa que el archivo tenga la mejor resolución posible, no servirá de nada, así que todo empieza con la calidad de grabación, y esto afecta también a los formatos físicos.

Luego está la calidad de todos los componentes o partes del equipo o cadena de audio. Si estos no tiene buena sinergia entre sí, no se escucharán del todo bien. Cada equipo tiene su firma de sonido, y algunas combinan bien entre si mientras que otras no, pero esto también está influenciado porque tipo de sonido nos gusta.

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Si lo equiparamos con la comida, y nos gusta aquella con sabores no muy intensos, como la comida japonesa o la de algunos países europeos, pero cocinamos con muchas especias e ingredientes muy condimentados, la comida no nos gustará tanto, así que debeos cocinar según nuestro gusto. En el mundo del audio es importante saber que tipo de sonido nos gusta, para a partir de ahí adquirir los componentes que nos ayudarán a lograr ese sonido.

Finalmente está algo que es mucho más importante de lo que parece, y es el espacio en el que escuchamos música y sus características. El sonido está formado por ondas, y estás rebotan en las superficies cercanas, lo que afecta la calidad del sonido que acaba llegando a nuestros oídos. Un espacio con eco, por ejemplo, hará que la música se distorsione, y un espacio muy grande hará que el sonido se sienta pequeño, a menos que usemos un equipo muy potente.

La forma, tamaño, superficies, y elementos contenidos en un espacio afectan, muchas veces drásticamente, la calidad de sonido que se genera en este, y también la ubicación de la fuente de sonido, o sea del equipo, y del escucha. Por eso es común escuchar a audiófilos hablando de aislantes acústicos, la distancia entre las bocinas, su altura, su ubicación, su orientación, etc.

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La audiofilia es un mundo apasionante, obviamente para aquellos interesados en ella, y curioso y un tanto obsesivo para aquellos ajenos a ella. Pero para quienes la amamos, pocas cosas se comparan con el placer de sentarte a escuchar un disco que se escucha como a ti te gusta, y disfrutarlo casi como si uno degustara el banquete más exquisito, o recibiera el mejor masaje que existe, o mirara los paisajes más hermosos que pueda imaginar.

Y es por esto, que para mi, la escucha de música desde la perspectiva de la audiofilia es de las cosas que más aquietan mi mente y me generan placer y paz. Cuando al final de un día pesado, o durante este, tengo la oportunidad de escuchar música con calidad audiofila, ya sea en mi equipo en casa o a través de audífonos, el mundo se siente automáticamente más llevadero y me siento más en balance.

Dicen que la música calma a la bestias, y al menos en mi caso es real, la música calma y serena a las bestias que habitan mi interior: la ansiedad, la falta de paciencia, la apatía, la inconformidad, y todas aquellas que todos tenemos, aunque no estemos conscientes de ello, y me permite enfrentar la vida con una sonrisa en vez de con un mueca. Encontremos todo eso que nos hace más llevadera la existencia y cultivémoslo, puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas. Muchas gracias por leerme y hasta la próxima.




©bonzopoe, 2023.

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Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.


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Este post te quedó con mucha calidad, Bonz, y muy ameno lo de melómano y audiófilo, 2 elementos muy afines.

Con estos apuntes me considero un melómano. Curiosamente, observo que hay melómanos que so saben leer música, pero conocen mucho el tema práctico.

Y esas comparaciones de la música con la comida es espectacular.

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Muchas gracias por tus palaras amigo, y que bueno que haya sido de tu agrado. Un fuerte abrazo.

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Hola amigo. Muy interesante la temática que aborda. Me gusta mucho escuchar música, creo que tengo un amplio espectro de géneros que me atraen. Particularmente disfruto la música instrumental pero no tenía conocimiento sobre los conceptos que nos explicas aquí.

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Muchas gracias por comentar, y que bueno que mis palabras te hayan sido de utilidad. Saludos.

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