Hallelujah | Leonard Cohen [Karaoke-Cover]

by RebeJumper on RebeJumper
View my bio on Blurt.media: https://blurt.media/c/melodyliterary Hallelujah | Leonard Cohen [Karaoke-Cover]

La historia de la canción Hallelujah, del cantautor canadiense Leonard Cohen es una de esas que te envuelve como una manta vieja, cálida pero llena de agujeros que cuentan historias. No es solo una canción; es un viaje, un suspiro colectivo que ha resonado en corazones de todo el mundo, desde bares oscuros hasta iglesias iluminadas por vitrales.

Corría el año 1984 cuando Hallelujah vio la luz, aunque su gestación fue más larga y tortuosa que un embarazo de elefante. Cohen, que ya era un trovador respetado pero no exactamente un ídolo de masas, estaba trabajando en su álbum Various Positions. En esa época, andaba lidiando con sus propios demonios: una carrera que no despegaba del todo, problemas personales y una búsqueda espiritual que nunca parecía terminar.

Dicen que escribió cerca de 80 estrofas para la canción, un proceso que le llevó años. Imagínatelo: Leonard, con su cuaderno, garabateando versos en habitaciones de hotel, tachando, reescribiendo, buscando la palabra exacta que capturara esa mezcla de sagrado y profano que quería transmitir. Él mismo confesó que algunas noches se sentía como si estuviera golpeando la cabeza contra el suelo, intentando que la canción dijera lo que él sentía.

Pero Hallelujah no es solo la suma de sus versiones. Es una canción que parece cambiar dependiendo de quién la canta y quién la escucha. Puede ser un lamento, una oración, un grito de amor o una confesión de derrota. Las estrofas que compartiste, con sus referencias a la fe rota, al amor que duele y a la búsqueda de algo más grande, son solo una parte del mosaico. Cohen nunca quiso que la canción tuviera un solo significado.

Cuando te sientas a desmenuzar la letra de Hallelujah de Leonard Cohen, es como abrir un libro viejo que huele a polvo y a historias. No es solo una canción, es un rompecabezas que te invita a perderte en sus imágenes, en sus contradicciones, en esa manera que tiene de sonar sagrada y terrenal al mismo tiempo. Cada verso es como un cuadro que puedes mirar desde distintos ángulos, y cada vez que lo haces, encuentras algo nuevo.

La música tiene una forma de meterse en el alma, de unir a las personas, pero también puede descolocar tus ideas y perspectivas si no entiendes bien lo que estás cantando o por qué. No se trata solo de abrir la boca y dejar que las notas salgan; hay algo profundo en pararse a pensar qué significa una canción, para qué fue escrita y si encaja en el momento y el lugar donde la estás usando. A veces, cantar algo sin reflexionar puede ser como ponerse un vestido que no te queda bien: puede verse bonito, pero no te representa, o peor, puede mandar un mensaje que no querías.

Les cuento:

Hace un tiempo, mi esposo y yo tuvimos una experiencia con esta canción, una que me hizo pensar mucho. Somos judíos, y aunque estamos abiertos a conocer otras tradiciones, no solemos asistir a servicios cristianos ni a ningún otro, a menos de que no seamos invitados por amigos que practican otras religiones, por eso, una amiga muy querida para mí, que trabaja conmigo, nos invitó, a Benjamín y a mí para que asistiéramos a la iglesia en donde ella se congregaba con sus padres. Era, o es una comunidad pequeña y cálida.

Cuando nos vio salir del auto del sitio en donde lo dejamos estacionado, nos recibió con abrazos, nos hizo entrar después de una cálida bienvenida y nos presentó con todos los miembros después de llevarnos a conocer al pastor y a su esposa. La verdad es que nos sentimos como en casa. La gente era genuina, sus sonrisas eran sinceras, y había una energía bonita, de esas que te hacen bajar la guardia.

El servicio empezó con lecturas, oraciones, y luego llegó el momento de los cantos. Todo iba bien hasta que, de repente, empezaron a cantar el coro de Hallelujah de Leonard Cohen. Sí, esa canción que todos conocemos, la que suena en películas, bodas y hasta comerciales. Pero ahí, en medio de un servicio dedicado a alabar al Creador, me chocó. No es que la canción no sea hermosa. Es de esas piezas que te erizan la piel, que te hacen sentir algo grande, pero no estaba segura de que fuera el lugar correcto para ella.

Como judía, y conociendo un poco la historia de la canción, me parecía que Hallelujah no era un himno religioso en el sentido clásico. Leonard Cohen escribió algo mucho más complejo para el ámbito de lo humano, para mí, se trataba de una mezcla de amor, pérdida, deseo y una búsqueda espiritual que no encaja del todo en un contexto de alabanza pura.

Me quedé callada, y dejé pasar ese momento. Cuando todo terminó y ya regresamos a casa, mientras me quitaba la ropa para ponerme algo holgado, quise hacerle una pregunta a mi esposo, pero, antes de que yo pudiera empezar siquiera a hablar, él respondió: “Cada canción en su lugar”.

Era evidente que durante el servicio litúrgico notó mi incomodidad, era como si le hubiese susurrado al oído apenas escuché la canción de Leonard Cohen: “¿No te parece raro que canten esto aquí?” Fue una de esas frases suyas que parecen simples pero te hacen pensar por días. Y tenía razón. No era que la canción estuviera mal, sino que el contexto no le hacía justicia. En esa iglesia, la estaban usando como un himno de alabanza al Creador, pero para mí, Hallelujah es más un lamento, una confesión, algo que cantas cuando estás enfrentando tus propias sombras humanas, no cuando estás en un momento de adoración colectiva.

No pude evitar pensar en lo importante que es detenerse a entender lo que cantamos. La música no es solo sonido; lleva una intención, una historia, un peso. Si no sabemos qué estamos diciendo, podemos estar usando algo que no refleja lo que queremos expresar. En el caso de Hallelujah, me parecía que la iglesia había tomado algo profundo y lo había simplificado, como si el coro, Hallelujah, bastara para convertirlo en un canto sagrado. Pero la canción no es solo su coro de una sola palabra, que sí, tiene un trasfondo religioso, sin embargo, no se adapta a ningún tipo de conexión litúrgica, como pasa, por ejemplo, en esta:

Desde entonces, he pensado mucho en lo que dijo mi esposo. “Cada canción en su lugar” no es solo una frase bonita; es un recordatorio de que la música tiene un propósito, y nosotros, como quienes la cantamos o la elegimos, tenemos la responsabilidad de entenderlo.

No se trata de ser puristas ni de juzgar a los demás, sino de darle a cada melodía el espacio donde pueda brillar de verdad. Para mí, esta canción pertenece a esos momentos de introspección, de soledad, de preguntarte qué significa estar vivo, y no a un momento de alabanza comunitaria y, aunque me encantó la calidez de esa iglesia, salí con la certeza de que, a veces, un poco de reflexión puede hacer que lo que cantamos sea mucho más que solo palabras bonitas.

Por esto que les comento, la canción elegida para mi segmento de Karaoke-Cover es justamente la que tantos conflictos internos me generó en aquella oportunidad, y que en varias ocasiones me hace recordar las palabras que mi esposo me dijo. Les dejo una de las tantas versiones que ha tenido en la historia de la música desde que esta canción vio la luz del arte moderno. Es una de las que, en lo personal, me gusta.

Sin más qué decirles en esta oportunidad, les dejo con la canción y sus pertinentes arreglos para esta publicación.

Que la disfruten.

SEPARADOR REBEJUMPER.png

Creo que hasta aquí llegaré con mi reflexión personal el día de hoy. Gracias por acompañarme en este video de Karaoke-Cover de principio a fin. Quiera mi Creador y Sustentador permitirnos a mi esposo y a mí compartir en una nueva oportunidad que nos sea otorgada la vida.

Un fuerte abrazo y que tengas un excelente día, con paz por todo rincón.

Hasta pronto.

Blurt.gif

#blurtmedia #lifestyle #beblurt #music #blog #blurt #karaoke


Check out today's video..!



0
0
0.000
0 comments