_{No tengas tantas ganas de ofenderte. El narcisismo de las pequeñas diferencias conduce al conformismo más aburrido. – Lydia Tár.}

Hola, amigos de #moviesandtvshows. La semana pasada tuve el gusto de ver una de las películas que más esperaba este año: “Tár”.

Normalmente, yo suelo investigar bastante antes de sentarme a mirar una película por miedo a perder el tiempo, como me ha pasado tantas veces, pero cuando se trata de una producción con algún elemento que me parezca interesante me lanzo a la aventura sin saber nada de ella.

Ese fue el caso de “Tár”, me bastó únicamente con ver que el papel protagónico era interpretado por la increíblemente talentosa Cate Blanchett, para agregarla a mi lista de prioridades, ni siquiera leí la sinopsis, para mí esa mujer, casi siempre, es sinónimo de una buena película (no Thor, tú no, ni ella puede salvar ese desastre) y definitivamente en “Tár” nos vuelve a brindar una actuación verdaderamente brillante.

Casi inmediatamente de comenzar a verla me di cuenta de que sería una de las mejores películas que tendría el placer de ver este año y por supuesto que así terminó siendo.

En ella nos narran la historia de Lydia Tár, una afamada directora de orquesta quien se encuentra preparando uno de los conciertos más importantes de su carrera, pero en medio de toda su ajetreada agenda, el peso de sus acciones comienza a precipitar todo hacia un desafortunado precipicio.

Nuestro viaje por la vida de Lydia comienza con una entrevista que nos permite conocer bastante bien a nuestra protagonista, una mujer brillante, talentosa, reconocida con los EGOT (Emmy, Grammy, Óscar y Tony), verdaderamente única, pero que a la vez es egocéntrica y, honestamente, insoportable, de esas que creen que el mundo debería girar alrededor suyo.

A medida que nos vamos adentrando en la historia, también lo hacemos en la vida de Lydia, conocemos a su esposa, a quien es obvio que ha engañado en varias ocasiones, a su asistente, con quien tiene una relación poco profesional, a sus alumnos y compañeros de orquesta, a los que trata con condescendencia.

Pero, no todo es malo con nuestra protagonista, también conocemos a Petra, su hija adoptiva, lo único bueno en la vida de Lydia y gracias a quien podemos encontrar atisbos de humanidad en ella.

Algo que me encantaría alabar de “Tár” es la construcción (y destrucción) de su personaje principal, está tan bien creado, escrito y desarrollado que más de una vez llegué a pensar que Lydia existía realmente y que no era un simple personaje de Hollywood, simplemente estupenda.

Ahora, debo ser sincera y aceptar que al principio no entendía el motivo de “Tár”, lo comencé tomando como un biopic, pero en realidad no podía serlo porque Lydia Tár es un personaje ficticio. Fue hasta que las acciones de la protagonista comenzaron a tener repercusiones que pude darme cuenta del poderoso mensaje que había detrás de la trama.

“Tár”, es una obra que nos invita a reflexionar sobre la temible “cultura de la cancelación”, la cual, para bien o para mal, es algo que forma parte de nuestra sociedad actual y que en esta película saben retratar de forma extraordinaria ya que no caen en sermones, ni intentan meternos a la fuerza algún criterio predeterminado, al contrario, nos presentan los suficientes puntos de vista como para que nosotros podamos reflexionar sobre el tema y establecer nuestros propios criterios.

El director y escritor Todd Field nos lleva de la mano y sin darnos cuenta a la reflexión:

¿Está el arte ligado inherentemente al artista?

¿Debemos separar al artista de su obra para poder disfrutar de esta?

¿Qué tanto debemos juzgar a alguien por acciones del pasado o por cosas que fácilmente pueden ser sacadas de contexto?

Ha sido una forma magistral de hacernos encontrar nuestras respuestas sin la necesidad de servírnoslas directamente.

A pesar de sus dos horas y media de duración la historia está tan bien trazada que no podía despegar mis ojos de la pantalla, al principio solamente era porque Lydia me tenía cautivada, pero al final estaba tan involucrada con ella y con su historia que no podía parar de verla, y claro que en este punto quiero comenzar a hablar de lo mejor de “Tár”: Cate Blanchett.

No tengo palabras para describir lo maravillosa que me parece esta mujer, es excelente el trabajo que realiza en esta película, yo pensé que no iba a volver a ver a un personaje tan increíble como Jasmine (Blue Jasmine), pero aquí me demostró lo equivocada que estaba, terminé una vez más perdidamente enamorada de ella y de su trabajo.

¿Recuerdan que al principio les dije que Lydia Tár era insoportable?, la realidad es que Cate la retrata de tal forma que todo lo insufrible que puede ser el personaje, se me olvidó y terminé envuelta en su personalidad magnética, cautivada por la vulnerabilidad que tan sutilmente dejaba salir y esto es totalmente culpa de Cate Blanchett.

Incluso en los puntos más oscuros y detestables de Lydia amé a Cate, recuerdo que hubo momentos en los que solamente pensaba “no puedo creer lo increíble que esta actriz”. Sin lugar a dudas ella hace la película y a su vez es lo mejor de esta, Todd Field no pudo encontrar mejor intérprete para su personaje, tanto así que incluso estoy segura de que “Tár” no hubiera funcionado tan bien como lo hizo con una actriz que no fuera ella.

El desarrollo del personaje, su descenso y la forma en la que todo termina deshaciéndose alrededor de ella hacen que sea necesaria una actuación a la altura y sin duda eso es lo que obtenemos, una clase maestra de interpretación de la mano de Cate, quien, desde mi punto de vista muy sesgado, seguramente se llevará muchos galardones en la siguiente temporada de premios o por lo menos eso espero, porque se involucró tanto con el personaje que aprendió alemán e incluso a tocar el piano (sí, esa es ella tocando).

Como es de esperarse, la música tiene un papel importantísimo en “Tár”, es una delicia escuchar la maravillosa banda sonora que acompaña esa película. Uno de los detalles que más disfruté fue que la historia girara en torno a la obra de Gustav Mahler y no alrededor de los mismos compositores de siempre, aunque claro que hubo menciones de ellos por aquí y por allá durante toda la película.

“Tár” quizás no es una película tan fácil de ver y al ser netamente un drama a muchos probablemente le llegue a parecer aburrida, sobre todo el principio, pero les aseguro, amigos míos, que si le dan las dos horas y media a Lydia Tár terminarán completamente satisfechos con lo que acaban de ver, asqueados con su egolatría, pero enamorados del gran trabajo de Cate Blanchett y Todd Field.